sábado, 11 de febrero de 2017

Reseña: Charla con Jorge Seca

Queridos colegas,

Hoy les compartimos esta reseña a cargo de Josefina Pacheco sobre la charla que sostuvimos el mes pasado en el Goethe Institut con el traductor español Jorge Seca: "La traducción del humor en Kafka y Tucholsky".

Aquí ya está también el video de la charla (https://www.youtube.com/watch?v=-mLZv_AoaB0), pero les comento que, por distracción de nuestro querido camarógrafo, la grabación comienza en el minuto 45, así que, luego de leer la reseña de Josefina, adelántenle y disfruten la conversación completa, que estuvo muy interesante.





Charla con Jorge Seca: la traducción del humor en Kafka y Tucholsky
por Josefina Pacheco

En un primer momento, el título de esta charla podría despertar la sorpresa del lector; yo misma me tardé en entender a qué se refería Jorge Seca con el humor en un escritor más bien recordado por sus retratos terribles de lo férreo y absurdo de la Autoridad y su Ley. En esta charla, Jorge Seca esboza, en cambio, el boceto de un Kafka cinéfilo, entusiasta de las producciones del cine mudo, y hace una lectura humorística de las narraciones del autor checo desde un ángulo poco trabajado.

 Y sí, es posible imaginar una película de Chaplin—de cuyas producciones Kafka fue probablemente espectador— en la que un ser humano amaneciera convertido en algo parecido a una cucaracha, así como los recursos con los que el humorista explotaría dicha transformación. La lectura sombría, que es la la que la mayoría de los críticos ha señalado sobre esta obra del escritor checo, consiste en que una mañana —llamada, según algunos de ellos, siglo XX— ocurrió la transformación mencionada, que no parece sino convertir a este ser en algo cada vez más minúsculo e insignificante frente a esa Autoridad, como quiera que sea concebida. ¿Estamos, pues, ante dos interpretaciones radicalmente distintas una de la otra? No necesariamente, pues como señala David Foster Wallace, “la comedia de Kafka es siempre también tragedia, y esta tragedia es siempre también un placer inmenso y reverente.” (http://aquellaeme.blogspot.mx/2010/08/algunos-comentarios-sobre-lo-gracioso.html) 

Quizá esta combinación, tan difícil de lograr en su compleja sencillez, es lo que ha hecho de Kafka uno de los escritores más emblemáticos y originales de todos los tiempos, pero especialmente de la época moderna —recordemos que, otra hipótesis señala que die Verwandlung, La metamorfosis, puede ser vista también como un cuento fantástico, como una de esas leyendas tradicionales, conocidas como Märchen en alemán, pobladas por seres y acontecimientos que desafían la realidad y sus reglas. Este ángulo no es necesariamente humorístico, pero escapa también al sentido trágico que suele asociarse con el texto señalado.

El último diálogo —la traducción también lo es— entre Jorge Seca y Kafka, es la versión al español de la narración En el penal, (In der) der Strafkolonie, según su título original, un relato asociado a la tortura que sinceramente, no he logrado ver con sentido de humor, pero tal vez algún día pueda ver con una mirada parecida a la de Jorge Seca. 

Y, como menciona el mismo traductor, el de Kurt Tucholsky es un caso completamente distinto. A petición de su editor, Tucholsky escribe una historia de amor que, al parecer, tiene mucho de autobiográfico: Das Schloβ Gripsholm: eine Sommergeschichte (1932). En la versión al español de Jorge Seca, el título es: El castillo de Gripsholm, Una historia veraniega (El acantilado, Barcelona, 2016). Veamos un fragmento de la carta que escribe Tucholsky a su editor, texto con el que inicia la novela y que es traducido así por Jorge Seca:

Bien, vale, así que quiere una historia de amor… Querido jefe, pero ¿cómo se le ocurre semejante cosa? ¿Amor en nuestra época? ¿Ama usted? Pero ¿quién ama hoy en día? Lo mejor será pensar, a lo sumo, en una breve historia de amor de verano. La cosa no es fácil. Ya sabe usted lo mucho que me repugna importunar a la opinión pública exhibiendo mis líos privados… Así que esto queda descartado. Además engaño a todas las mujeres con mi máquina de escribir y por eso no experimento ningún romanticismo. ¿Está usted incitándome acaso a que me invente una historia? Oiga, fantasía sólo la tienen los hombres de negocios cuando no pueden hacer frente a los pagos. Entonces se les ocurren todo tipo de tretas. Pero a los tipos como yo...


Al leer este fragmento, se vuelve claro lo que señalan algunos comentarios a propósito del texto de Tucholsky —y sí, también de la traducción de Seca—: “Una “[...] novela de aliento báltico, engañosamente ligera, de un estilo ágil y desenfadado que se sustenta en el dominio del lenguaje coloquial, a menudo trampolín para un humor de media sonrisa, un tanto desencantado[...] Y es que, junto al idílico retrato de una pareja que vive la ya mencionada “historia de amor”, hay una terrible historia de maltrato y abuso infantil de la que esta pareja viene a ser testigo.


Así pues, mientras que Kafka nos regala un mundo de verdades que resultan cómicas quizá por ser insoportables —uno también puede reír por nervios, por miedo—, Tucholsky, nos deja un sabor agridulce con esta historia de contrastes, entre la belleza de la naturaleza y la amorosa convivencia de una pareja, a poca distancia de un lugar donde se practican maltratos tan crueles, tan injustos y abusivos que, justamente, impiden dibujar una sonrisa plena en nuestros rostros.

Imagen 2: Franz Kafka. Tomada de: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/k/kafka.htm
Imagen 4: Portada de El castillo de Gripsholm. ed. Acantilado. http://www.acantilado.es/catalogo/

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